Parla come mangi!
Por Elena Fernández 11/04/2018
‘Parla come mangi’ o como diríamos en español: habla en cristiano. O lo que es lo mismo: habla claro y sencillo. Esta frase hecha típica de Italia resume en solo unas palabras lo que se debe recoger de la gastronomía de este país: lo esencial, lo más importante, lo de siempre.
Italia tiene una fama bien merecida en todo el mundo acerca de sus maravillosos manjares pero no todas las ciudades son bienvenidas a los oídos de la rumorología, como ocurre con Milán. Hemos decidido juntar estos dos polos opuestos (que dicen que se atraen) y el resultado ha sido el siguiente:

LùBar
En la ciudad financiera de los italianos se pueden hacer muchas cosas y hay gente de todos los colores. Si paseas por el centro de la ciudad, además del Duomo, de las Galerías Vittorio Emanuele II y de un ejército de modelos también puedes acercarte a Luini. Este sitio es el más famoso de Milán y no puedes irte de allí sin probar sus riquísimos ‘panzerotti’, una especie de ‘calzones’ pequeñas y dobladas que no supera los 3 euros y cuya cola se entrelaza con la cola de la heladería de enfrente, CioccolatItaliani. Aquí importan el cacao de Colombia y puedes volver a disfrutar de sus sabores a partir de tres euros (y más). Que no te asuste la que parece la espera más larga del mundo porque las colas van rápidas y merecen la pena.

CioccolatItaliani
En el barrio de artistas, donde se encuentra la Academia de Bellas Artes de Brera, se respira un ambiente muy bohemio. Por sus calles de piedras típicas de la antigua Milán se pueden encontrar sitios típicos italianos como Fiori Chiari Plates, famoso por su pasta, panes y tartas caseras o Hosteria della Musica donde puedes encontrar lasañas caseras, quesos de la tierra y un sinfín de pizzas con una masa muy conseguida.
A media tarde puedes optar por visitar LùBar, un pequeño oasis donde comer o tomar repostería italiana antes de visitar la ‘Galleria Civica d´Arte Moderna’ (es la cafetería de la misma y ‘bloggers’ y todo el faranduleo milanés se deja caer por allí) o puedes degustar un buen cóctel en la Terrazza Aperol, justo arriba de La Rinascente.
Y para seguir con un buen tute de compras y empaparte del glamuroso estilo de Milán puedes ir a dos grandes ‘gourmets’ a precios de ocasión especial: como no podía ser de otra manera, Giorgio Armani tiene un hotel en el ‘Quadrilatero della Moda’. En él se encuentra Nobu Milano, un exquisito japonés cuyo cubierto oscila entre los 80 y los 120 euros. Pero si te apetece un buen plato de pasta casera, no dejes de probar Il bacaro del sambuco donde puedes pedir una pasta carbonara hecha con huevo frito o unos ‘tagliolini’ al limón. Impresionantes.
Retirado Lorenzo, solo quedan dos cosas que visitar en Milán. Una de ellas es Navigli, al sur de la ciudad. Este barrio está cruzado por un canal, lo que inevitablemente hace recordar a Venecia. A los lados podemos encontrar diversos lugares donde hacer el famoso ‘aperitivi’ italiano (pagas un precio cerrado por un cóctel y por un pequeño bufé que sirven para acompañar). Además puedes ir a Drogherie Milanesi (platos desenfadados e ‘influencers’ italianos a partes iguales), TIZZY'S NEW YORK BAR & GRILL (un poco de América rodeado de hamburguesas y tostadas de aguacate). Y por último, Temakinho: Giuseppe y su equipo ofrecen una interesante oferta de sushi fusionado con productos mediterráneos. El delicioso ‘maki’ de salmón picante o cualquiera de sus tartares, no solo podrás degustarlo aquí, ya que tienen también locales en Roma, Londres o Ibiza (posicionándose en el segundo mejor puesto del ranking de japoneses de la isla).

LùBar

Para acabar como un buen italiano, tómate unas exóticas copas en The Spitit Milano antes de irte a bailar toda la noche.
Ciao amori!
Nobu Milano